martes, 30 de octubre de 2012

Estira los brazos y abre tus manos... cierra los ojos... encuéntrate y reconócete en tu silencio...

quiero soltar lo que ya hoy no está... quiero soltar lo que ya hoy no me sirve... quiero soltar lo que hoy la vida ya no tiene para mí... quiero soltar lo que ya no me pertenece... y como soy yo quien quiero soltar todas estas cosas, las suelto, las dejo marchar... sin penas, sin temores...

esto es el desapego... siéntelo, disfrútalo...

He decidido que quiero recorrer este camino ligera de equipaje, vaciar mi mochila de todas las piedras pesadas que lleva y que me dificultan mi camino, fluir con la vida y así poder crear espacio libre para recoger lo que la vida tiene preparado para mí...

No quiero ataduras, no quiero dependencias a situaciones, cosas, personas, ideas, pensamientos, creencias, hábitos, costumbres, ... quiero soltar y fluir...

Desapego no significa evitar que la experiencia penetre dentro de uno, al contrario, debemos permitir que nos afecte plenamente, si hacemos eso, entonces seremos capaces de dejarla partir. Si nos sumergimos en nuestras emociones y nos dejamos bañar por ellas hasta el final, sin dejar que nuestros pensamientos interfieran, las experimentaremos de manera total, plena y completa. Podremos saber realmente, lo que es el amor y lo que es el dolor, o la pérdida de un ser amado y podremos decir que reconocemos y aceptamos dicha emoción, que está bien sentirla, sin pelearnos con ella. Una vez sentida, podemos agradecerle su enseñanza o su mensaje y despedirnos de ella.

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